Este cráneo grabado artesanalmente es una celebración de la dualidad entre la vida y la muerte. Los detalles delicadamente tallados representan la fragilidad y la fortaleza en nuestro camino; en el centro, una flor emerge, simbolizando la vida que florece aún en medio de lo efímero. Esta pieza invita a contemplar la belleza que existe en cada ciclo y a honrar la eternidad que nos rodea. Es un recordatorio de que, así como el metal, nuestra esencia persiste y se transforma, encontrando en la muerte una expresión profunda de vida.